Un devastador terremoto de 8,9 grados de magnitud en la escala de Richter, seguido de un fuerte tsunami, ha causado este viernes cientos de muertos y al menos 350 desaparecidos en el este de Japón, un país acostumbrado a los temblores pero que nunca había visto nada semejante.
Entre doscientos y trescientos cadáveres fueron hallados en áreas costeras de la ciudad oriental de Sendái, donde muchas zonas residenciales quedaron anegadas a causa de un tsunami que, con olas de hasta 10 metros, ha arrastrado docenas de vehículos y viviendas, según la policía local.
Sin embargo, según el Ministerio de Defensa la cifra podría elevarse a más de mil personas porque hay unas 1.800 viviendas destruidas en Minamisoma, en la prefectura de Fukushima, según ha informado la agencia de noticias Kiodo. No obstante, según el último cómputo oficial, al menos 133 personas murieron y otras 531 desaparecieron por el terremoto, el más fuerte sufrido nunca en Japón, si bien se espera que el número de víctimas siga aumentando con el paso de las horas. De hecho, según la agencia local Kyodo mil personas podrían haber muerto y la cifra de desaparecidos, según la agencia oficial de noticias japonesas, es de al menos 531.
Desde el ministerio de Defensa afirman que cerca de 1.800 viviendas en la provincia oriental de Fukushima han quedado destruidas, por lo que la cifra final de fallecidos puede superar el millar, según Kyodo.RIESGO NUCLEAR.
El Gobierno ha enviado unos además de un equipo a las inmediaciones de la central nuclear de Fukushima, cuyo sistema de ventilación se ha visto dañado por el seísmo. Según la operadora Tokyo Electric Power, el nivel de radiación y de presión se está incrementando en uno de los edificios que alberga la turbina de uno de los reactores nucleares.
De hecho, podría estar soportando una presión superior a la que podría en 2,1 puntos, según ha señalado Reuters citando a un ministro japonés. Cerca de 2000 personas que residian en un radio de 2 kilometros de la central fueron evacuadas a petición de las autoridades locales, lo que ha llevado al Gobierno a enviar un avión con militares para controlar esas instalaciones.
Además, el temblor ha paralizado la actividad de otras diez centrales. De este modo, tal y como dicta el protocolo nipón en estos casos, ha decretado el estado de emergencia de energía nuclear.